COP 28: ¿Un acuerdo que influirá en futuras negociaciones climáticas?

COP 28: ¿Un acuerdo que influirá en futuras negociaciones climáticas?

“Las negociaciones entre países sobre los sistemas alimentarios estuvieron ralentizadas. Sin embargo, hubo mayor avance en acuerdos entre privados y público-privados; esto es, entre asociaciones de productores, certificadoras, entidades de crédito e, incluso, con algunas de las oenegés que, históricamente, han sido muy críticas del sector. Esto tiene que ver con una tendencia que se vio en esta COP, a diferencia de las anteriores, que ha cambiado la discusión de una mirada más ideologizada hacia una más racional basada en la ciencia y en los datos reales”.

La declaración corresponde a Marcelo Torres, presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), quien participó de la 28 edición de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), más conocida como Conferencia de las Partes (COP), realizada en Dubái.

En la ocasión, el mitin más importante en el mundo sobre agricultura fue la firma de la Declaración sobre agricultura sostenible, sistemas alimentarios resilientes y acción climática, impulsada desde la presidencia de la institución y suscripta por 152 países. 

Justamente, la visión comentada por Torres se originó a partir del documento emitido donde se destacan dos puntos salientes y fundamentales en esta nueva relación.

Por un lado, los gobiernos se comprometen a incluir a la alimentación y a la agricultura en sus planes nacionales contra el cambio climático.

Por el otro, la salud del suelo se menciona explícitamente, por primera vez, en un documento firmado por todos los Estados.

Si bien se aclaró que el texto no es jurídicamente vinculante, constituye un precedente que puede influir en futuras negociaciones climáticas. 

Con sus representantes, la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa participó en diferentes ponencias y debates llevando la voz del productor para posicionar la agricultura argentina y de Sudamérica como una aliada estratégica en el desarrollo de modelos productivos capaces de contribuir a la seguridad alimentaria, la adaptación y mitigación al cambio climático, según se indicó desde la propia entidad.

Marcelo Torres, presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid).

Respecto de ediciones anteriores, esta vez la institución pudo ampliar las oportunidades de participación tras obtener el nuevo estatus de organismo observador ante la conferencia. Con este rol, Aapresid no sólo puede asistir como observador a las negociaciones oficiales, sino que también le permite adherirse al grupo constituyente de productores, plataforma a través de la cual se intenta incidir en las negociaciones entre los Estados y, además, proponer eventos en los programas oficiales de las cumbres.

En tal sentido, Mailén Saluzzio, gerenta del Programa Internacional de Aapresid, dijo que la entidad asume el compromiso y la responsabilidad de participar en los foros globales más importantes para ser representante de los productores.

“Si queremos ser parte de las discusiones, tenemos que ocupar esos lugares. De otra manera, las decisiones se toman igual sin tener en cuenta nuestra perspectiva. Por eso es tan importante estar presente”, añadió.

Otra oportunidad para la Argentina 

Respecto de aquella tendencia de la COP 28, Torres analizó que esta unión también se refleja entre los productores del mundo, donde aquellos países europeos que fueron muy críticos de los modelos productivos sudamericanos, hoy son el blanco de los reclamos anti-ciencia de su propia ciudadanía y, además, buscan aliarse con otros productores para dar respuestas.

“En este marco, la Argentina tiene una gran oportunidad para construir una agenda de largo plazo, apuntando a seguir bajando la huella ambiental y de carbono”, sostuvo.

“Si bien como siempre dependemos del corto plazo, con ciclo de aperturas y cierre de mercados, presión fiscal e inestabilidad económica, lo bueno es que tenemos gran parte del camino recorrido”, amplió. 

“Así como sucede en varios países de Sudamérica, nuestros modelos productivos basados en siembra directa, diversificación y maximización de la fotosíntesis y una ganadería de pastizales ya nos posicionan como líderes en una producción de baja huella de C”, dijo Torres.

“Sin embargo, hay inminente necesidad de generación de datos y protocolos unificados para medir emisiones y capturas basados en certezas y que hablen un mismo idioma”, comentó.

“Para esto necesitamos de la ciencia y de organismos nacionales e internacionales, como venimos impulsando con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Confederación de Asociaciones Américas para una Agricultura Sustentable, para conformar alianzas y posicionarnos ante el mundo como bloque regional”, explicó el directivo.

En este aspecto, un paso hacia adelante es el hecho de que la agricultura de las Américas, a través del IICA, fue la única región del mundo con un pabellón dedicado, exclusivamente, a la temática por segundo año consecutivo.

“En medio del ruido con que el resto del mundo debate cómo debería ser la agricultura, las Américas se unen para que no se nos impongan medidas”, advirtió Torres.

Por tal motivo, las organizaciones de productores de países de las Américas hicieron un llamado para que los indicadores de impacto ambiental que se aplican a la agricultura hemisférica tengan base científica y sean consensuados y protocolizados, siempre con los productores como parte fundamental del proceso.

También se acordó en el COP 28 que ya no alcanza con conservar recursos, sino que hay que regenerarlos.

“Hay que cerrar la brecha entre las ideas y los resultados. En un contexto donde cada día emerge un nuevo concepto acerca de lo que significa producir de forma sustentable, todavía cuesta ponerse con el productor y traducir las ideas y lineamientos a prácticas concretas para el día a día”, sostuvo. 

“Es necesario generar incentivos para que los productores puedan aplicar y escalar prácticas mejoradoras”, amplió Torres.

“Hoy, la industria y los exportadores exigen dar cuenta de su huella de carbono sin mencionar que muchas de las plataformas fueron generadas en la otra punta de la cadena y del mundo, lo que hace que los datos cargados tengan poco que ver con la realidad local y las prácticas que aplica. En este sentido, el productor no percibe nada del valor que genera bajando su huella de carbono”, concluyó el titular de Aapresid.

 

fuente: La Nueva