La Casa de Papel: un posible final sin gloria, y encima demorado

La Casa de Papel: un posible final sin gloria, y encima demorado

Generalmente, en las plataformas, se vive intensamente la espera de los estrenos. Sobre todo, y si del Gigante de Streaming se trata, hay toda una parafernalia de especulaciones ya desde mediados de cada mes, días antes de confirmarse la lista de las producciones a presentarse. En el caso de este marzo ya extinto, aplaudimos de pie al saber que, a mediados del flamante abril que hoy comienza, vamos (por fin) a disfrutar de la segunda temporada de Luis Miguel: La serie. Sin embargo, la gran ausente (no de las expectativas, sino del calendario real) ha sido la aparente última temporada de La Casa de Papel.

Parece que el Profesor y sus secuaces no volverán por lo menos en los próximos treinta días, y se especula que la quinta temporada de la serie española que posicionó a la península ibérica a nivel mundial, llegue para el otoño europeo; septiembre sería el mes elegido, aunque aún Alex Pina, su creador y realizador (responsable también del éxito de Sky Rojo) guarde un considerable mutismo al respecto.

Las especulaciones son varias. Después de la muerte de Nairobi ¿es difícil sostener una trama que ya venía con algunos tropezones? Sabemos que es emocionante que los atracadores vuelvan a las andadas, pero ¿ya no es mucho que repitan líneas argumentales a costa de lo que fuere?

La Casa de Papel, como todo éxito de taquilla, es un bocadito que urge ante las fauces del consumo. Muchas veces, para alimentar ese monstruo, se repiten tramas, formas amigables que no fallan, pero que sí le quitan originalidad a argumentos como este; claramente, una vez es sorpresa, pero ya dos es viveza criolla (y eso que los realizadores no son argentinos…)

Si hay algo que hay que criticarle a la tira, es su falta de originalidad después de la tercera temporada, pero es que… ¿qué puede hacer un atracador más que robar?

Naturalmente, no importa el qué, sino el cómo. Ya es responsabilidad de los guionistas, convertir las ideas simples, en grandes realizaciones.

 

fuente: La Brujula 24.com